La Maison commune de la décroissance se creó en 2017 tras dos años de « proceso de decrecimiento ».
El MCD no es una universidad (y prefiere la erudición a la pericia), pero sin embargo afirma haber contribuido a lo largo de los años a un corpus político de análisis, definiciones y propuestas que se complace en compartir, con el fin de sumarse a la vía « mediterránea » del decrecimiento.
Si tuviéramos que identificar una idea política rectora de este trabajo, sería la convicción de que sólo una crítica radical del individualismo -y, por tanto, de la « institución imaginaria del individuo moderno »- puede despejar el camino al decrecimiento como humanismo de una vida sensata. En cuanto a la forma, el MCD quiere señalar que las variaciones sólo pueden existir sobre la base de un fundamento común y que, en consecuencia, lo que el decrecimiento necesita ante todo es un marco ideológico común.
→ proponer y construir juntos un corpus ideológico común para el decrecimiento
→ a partir de una definición clara del decrecimiento: es la oposición política al crecimiento, no sólo económico, sino al mundo del crecimiento, e incluso al "régimen de crecimiento"
→ para compartir un léxico y debatir en un lenguaje común
→ para redescubrir el gusto por el debate, el gusto por los límites, el gusto por la vida social
→ para volver a hacer del sentido de la vida una cuestión política
→ A través de investigadores militantes : cualquier persona interesada en trabajar sobre ideas y teoría basadas en la práctica (retroalimentación de conocimientos) está invitada a unirse a nosotros.
→ A través de la Mutuelle, el laboratorio de ideas del MCD: un grupo abierto a todos en el que se pueden utilizar las herramientas del debate político para forjar un lenguaje común.
→ A través de la Cooperativa, el grupo de apoyo para trabajar las ideas: organización, comunicación y visibilidad mediática, puesta en marcha de nuevos proyectos, asistencia a eventos, incidencia política y asociativa, funcionamiento de la red de activistas y del grupo de miembros, etc.
→ Por todos los miembros
→ Para todos aquellos que sueñan con sociedades sostenibles, justas, solidarias, frugales y serenas, y que se preguntan cómo lograrlo....
→ Para asociaciones y activistas que ya están trabajando en iniciativas de decrecimiento, porque el decrecimiento es capaz de proporcionar a estos movimientos una perspectiva de transformación política y social global.
→ Para grupos políticos que están promoviendo el decrecimiento en el ámbito electoral: para aportar elementos a sus discursos, discursos de fe, programas, etc.
→ A través de la escritura: artículos en blogs (de humor y opinión, comentarios de noticias, glosarios, reseñas de libros, relatos, etc.), redacción colectiva de folletos "Mais Comment Décroître", publicación de libros: "La décroissance et ses déclinaisons. Pour sortir des clichés et des généralisations" y otros proyectos literarios en ciernes.
→ Les (F)estives de la décroissance: encuentros itinerantes cada verano para reflexionar juntos y desarrollar un corpus ideológico común para el decrecimiento.
→ Conferencias, talleres, participación en mesas redondas, emisiones radiofónicas y entrevistas: ponentes que viajan por toda Francia.
→ Creación de grupos locales a partir de encuestas sobre los fundamentos del decrecimiento y nuevas publicaciones.
→ MCD no es un lugar: lo que cuenta es el espíritu de la casa, el de "tener bases sólidas para el decrecimiento". Pero quizá algún día, gracias a una donación, podamos plantearnos instalarnos en algún sitio...
→ Al menos dos reuniones al año: los (F)estivos en julio o agosto, y los Rencontres de la New Dec, en noviembre en la Drôme para un fin de semana de trabajo sobre los proyectos del año siguiente. Alternativamente, cada tercer sábado de mes a las 10.30h para un café-décroissant temático.
Definición → El decrecimiento es la oposición política al crecimiento
- Debemos partir de la definición más intuitiva del decrecimiento (y no romper inmediatamente los impulsos espontáneos de quienes rechazan el crecimiento y su mundo).
- Si el decrecimiento es lo contrario del crecimiento, es como oposición política.
- Esta oposición durará mientras no se desmantele el régimen de crecimiento: el decrecimiento es, en sentido estricto, una transición, un trayecto, una "época" (porque no se trata del decrecimiento por el decrecimiento).
Fundamento → Una política de autolimitación
- Toda discusión sobre los límites debe comenzar con un trabajo de definición para dejar de confundir entre límites franqueables (una "frontera") y límites infranqueables (un "límite" en sentido estricto), entre límites franqueables irreversibles (tomados en sentido amplio) (una "muesca") y límites franqueables reversibles (una "frontera")....
- Pero una política de autolimitación debe dividirse desde el principio en suelo y techo para definir cualquier Común dentro de un "espacio ecológico": más allá del techo y por debajo del suelo, estamos en lo "no común". Lo común se encuentra entre el suelo y el techo.
- A la hora de articular políticamente los límites ecológicos, políticos y sociales, y para evitar caer en un determinismo impolítico, resulta fructífero recurrir a lo que desde hace años llamamos el principio del "aun así", que es un experimento de pensamiento, de descolonización de nuestro imaginario.
Objetivo → Una política de la vida social
- Que ve todo Común como prerrequisito y objetivo a la vez : lo común precede a la diversidad, la convivencia precede a la existencia, la sociedad precede a los individuos...
- Esta noción de "vida social" como "plataforma" de toda vida humana es de mayor extensión que la del cuidado. Sobre todo, justifica una crítica radical del economicismo: no, "en última instancia", no existe la esfera de la producción económica, sino la esfera de la reproducción social. El objetivo político del decrecimiento no puede dejar de ser intrínsecamente feminista.
- Por eso, el sentido de la acción política es preservar, conservar y mantener las condiciones de la vida humana y social: es en este sentido que los decrecentistas son "conservadores". Si el progreso se basa en la creencia de que el "sentido como dirección" equivale al "sentido como significado", entonces el decrecimiento es una inversión: es el sentido el que debe dar la dirección. Por eso el decrecimiento como política teóricamente refundada debe basarse en una teoría política del sentido.
Móvil → Una economía política del gasto
- La economía política del decrecimiento debe ser una economía de la abundancia, no de la escasez.
- Esta economía política debe, pues, partir del punto de vista de lo que Gorge Bataille llama la "economía general". Esta economía general (o política) será movilizadora porque propondrá una inversión política en la distribución de los excedentes: no sólo habrá que reorientar la vida social hacia una política del gasto, sino sobre todo invertir la pareja infernal del despilfarro y el lujo: Puesto que "incluso en una sociedad de sujetos frugales con un metabolismo reducido, siempre habrá un excedente, que habrá que gastar si no queremos reactivar el crecimiento", entonces "el binomio sobriedad personal/gasto social debe sustituir al binomio austeridad social/exceso individual". Esta es la cuestión política que impedirá a los decrecentistas recaer en el individualismo: "Hay que pensar en las instituciones que se encargarán de socializar los gastos improductivos y en las formas de limitar y agotar los excedentes circulantes".
- En cuanto a la "parte servil" de la producción, se reorientará hacia la satisfacción de las "necesidades básicas" (incluida la cultura), y se concretará en políticas de servicios públicos y de gratuidad...
Muchas gracias a Robin Guinin por sus dibujos.