La Maison commune de la décroissance se creó en 2017 tras dos años de « proceso de decrecimiento ».

El MCD no es una universidad (y prefiere la erudición a la pericia), pero sin embargo afirma haber contribuido a lo largo de los años a un corpus político de análisis, definiciones y propuestas que se complace en compartir, con el fin de sumarse a la vía « mediterránea » del decrecimiento.

Si tuviéramos que identificar una idea política rectora de este trabajo, sería la convicción de que sólo una crítica radical del individualismo -y, por tanto, de la « institución imaginaria del individuo moderno »- puede despejar el camino al decrecimiento como humanismo de una vida sensata. En cuanto a la forma, el MCD quiere señalar que las variaciones sólo pueden existir sobre la base de un fundamento común y que, en consecuencia, lo que el decrecimiento necesita ante todo es un marco ideológico común.

Muchas gracias a Robin Guinin por sus dibujos.